Conocida por sus hoteles con magníficos escenarios y actividades al aire libre, la empresa de viajes chilena Explora ha elegido un lugar remoto en el Valle Sagrado de los Incas para su nuevo hotel.
Ubicado en una antigua plantación de maíz a medio camino entre la antigua ciudad de Cusco y las misteriosas ruinas incaicas de Machu Picchu, la propiedad se encuentra en un fértil valle, rodeado por los Andes.
El prestigioso arquitecto chileno José Cruz Ovalle ha tomado las señales del entorno, utilizando piedra, madera y adobe locales para crear una dramática tira angular que se mezcla perfectamente con su entorno, mientras que un interior en su mayoría de madera crea una base de calentamiento para el mobiliario neutro y mantas de lana tejidas a mano que añaden textura a las 50 habitaciones orientadas hacia el paisaje. Menos que un hotel y más un campamento base de lujo, una serie de exploraciones están en oferta desde visitas a las ruinas Incas desiertas o excursiones por los picos de los glaciares.
Después de un día de actividad a gran altitud, los huéspedes pueden disfrutar de la calurosa sopa de quinua de la chef Camila Noya o de un suculento bistec de llama, y de la Casa de Baños Pumacahua, una casa colonial restaurada del siglo XVII, donde recibirá un merecido masajes o un chapuzón en la piscina climatizada al aire libre.