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La historia comienza en un café de Oxford (Inglaterra), en 1650. Steve Johnson, autor del libro De dónde vienen las buenas ideas: la historia natural de la innovación, cuenta que en lugares como ese por todo el Reino Unido fue que floreció uno de los movimientos intelectuales más importantes de los últimos 500 años: la Ilustración.

Según este conferencista, las cafeterías eran los lugares predilectos entre los intelectuales de la época, quienes se reunían a compartir sus conocimientos, rompiendo con el viejo prejuicio de que la producción de las ideas innovadoras es solo responsabilidad de cada individuo.

En su charla, transita desde lo que él llama corazonadas lentas, que es la forma como Charles Darwin desarrolló su teoría de la selección natural durante varios años, hasta las redes de alta velocidad que permiten en la actualidad una mayor circulación de la información.

 2. ¿Necesita una nueva idea? Empiece en los límites de lo conocido. Vittorio Loreto

¿Existe una fórmula matemática que explique el origen de una nueva idea? La respuesta de Vittorio Loreto es un contundente “sí”. En su charla, este profesor de física de sistemas complejos en la Universidad la Sapienza (Roma, Italia) explica el concepto del adyacente posible, según el cual para poder crear un nuevo desarrollo es necesario, primero, considerar todo el abanico de desarrollos previos que lo propiciaron.

Aunque este es un planteamiento propuesto inicialmente por el biólogo Stuart Kauffman, Loreto lo explica en sus propias palabras haciendo un símil con los círculos sociales de cada persona. Según él, los adyacentes posibles no son nuestros amigos, sino los conocidos de ellos, quienes representan toda una gama de oportunidades para intercambiar ideas.

“¡El espacio de lo posible es bastante peculiar porque no está predefinido. Es algo que se moldea continuamente, y que se ‘remoldea’ por nuestras acciones y nuestras decisiones”, explica Loreto.

3. El ‘design thinking’ es uno de los caminos más acertados para innovar. Jaime Perujo

Hay varias formas para crear y ejecutar proyectos que generen un impacto en la sociedad. En esta charla, Jaime Perujo, ingeniero de ventas en Google, explica el proceso del design thinking como una herramienta acertada para innovar.

Para él, los buscadores en internet han vuelto pragmática la creatividad. Por eso plantea que el diseño de pensamiento es el camino más sencillo y efectivo para buscar las respuestas a inquietudes o necesidades.

Este proceso tiene tres partes: el conocimiento del problema y la identificación del usuario, a partir de la observación detallada; la generación de ideas, que debe parecerse a la conexión de “luces de Navidad”, porque deberían ser variadas y en grandes cantidades, y la creación de prototipos para experimentar lo planteado.

Además, aclara que es fundamental la mezcla entre innovación, diseño y tecnología para crear ideas ambiciosas en el proceso.

4. Reflexión sobre la importancia de innovar en el mundo. Carl Bass

¿Por qué todo el mundo habla de innovación, pero pocos se atreven a hacerlo? Ese es el cuestionamiento que plantea Carl Bass, presidente de Autodesk Inc. Dice que el proceso de innovar y construir ideas puede transformar el mundo porque hace que las cosas que se crean sean cada vez más óptimas e impacten de manera positiva en las sociedades.

En efecto, esto es hecho por individuos que, por su capacidad para imaginar, crear y solucionar problemas, son capaces de asumir riesgos y romper las reglas, en el buen sentido. Así, la innovación es un ciclo en el que las personas crean nuevas reglas que serán sobrepasadas por otros creadores luego de un tiempo.

5. ¿Cuáles son los pasos para innovar? Gustavo Guillemín

Quizás una de las preguntas que más se hacen hoy en día los novatos en emprendimiento e innovación es qué tan efectivo podría llegar a ser un proyecto y si en verdad podrá impactar como lo han hecho otros en el mundo.

Ante esto, Gustavo Guillemín, doctor en Ciencias de la Administración, revisó varios casos de éxito de empresas e intentó buscar la razón que pudiera explicar por qué en varios países en vías de desarrollo se ha disminuido la creación de patentes.

Afirma que el problema está en la falta de estructuración de los proyectos. Entonces, como si se tratara de una receta para hacer pan, explica que es necesario seguir tres pasos básicos para construir y ejecutar una idea novedosa: crear una propuesta de valor clara y desarrollar capacidades que la soporten, fortalecer el capital social y tener una buena planificación financiera.

El primero, dice, nace de la intersección entre lo posible y lo deseable, y pone el ejemplo de la evolución de la descarga de archivos por internet. Aclara que las propuestas de valor tienen que ser específicas y se pueden establecer desde la reflexión sobre cuál es el único elemento que puede diferenciar una idea de la competencia.

El segundo ingrediente es el capital social, que se refiere a la red de personas que permite atraer talento y conocimiento para fortalecer el proyecto. Explica que, por eso, es importante establecer varias relaciones de calidad con contactos que pueden aportar en cualquier dimensión al emprendimiento.

En este punto, Guillemín indica que esta comunidad de personas puede ser clave para que comenten y sugieran correcciones de los prototipos de la idea.
El último ingrediente está relacionado con una clara estructura financiera que permita que el proyecto se sostenga por lo menos durante los primeros cinco años. Él afirma que “sin estos tres ingredientes, no se puede hacer un buen pan”, porque el complemento de todos puede garantizar la efectividad.

Además, resalta que el tema de innovar es tan importante que se deberían proponer ideas y soluciones que no solo involucren una parte de la población, sino a la totalidad de ella.

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