“Es el primer disco que agarrás del montón, el que más te llama la atención. Tenés que buscarle el lugar a esto, que a su vez tiene su momento”. La sentencia pertenece a Jimena Díaz Ferreira, la diseñadora gráfica argentina que se caracteriza por “salir del marco”: su arte desborda lo convencional y, lo que debería ser una perfecta cajita plástica o de cartón conteniendo un CD, toma formas insospechadas para transformarse en la pesadilla de los melómanos, que tienen cientos de -simétricas-cajitas plásticas en fila encastradas en estantes a la medida.

Las secuelas del primitivo artaudismo gráfico -la estela generada por el gran diseñador Juan Gatti, responsable de la revolucionaria tapa del emblemático Artaud, de Luis Alberto Spinetta- obviamente forma parte del habitat de Jimena, muy amiga de los discos en vinilo como así también a las listas de Spotify, en caso de querer conocer bandas nuevas.

Jimena Díaz Ferreira. Diseñadora gráfica

Recién llegada del Trimarchi 16, el encuentro internacional de diseño que año a año se celebra en Mar del Plata, Jimena recuerda el lleno total del workshop Cajitas musicales, packaging discográfico, que dio junto a Flavio Mammini, responsable de taller gráfico que imprimió parte de la obra ricotera. “Cuando una banda te llama para hacer un trabajo tenés dos situaciones: podés ser un chofer de mouse y hacer lo que te piden, o podés escuchar, salir y decir, no. Queda claro, por supuesto, de qué lado ella pertenece.

El día que la brújula le marcó el Norte indicado, fue cuando vio la tapa de Luzbelito (1996) y luego dio en el blanco con Los Piojos. “Había un loco que te demostraba que se podían hacer cosas por fuera de lo convencional. La impronta de una obra de arte, eso es lo que hace Rocambole”, afirma.

Las texturas de cada una de las producciones de Jimena la obligan a meterse de lleno en los materiales que manejan las imprentas -todo un mundo de formas orgánicas-, y salir un poco de la computadora. Una de sus producciones más jugadas -y difíciles- fue la de La Chilinga (Muñequitos del tambor), que está hecha de madera y simula una caja de ritmos que viajó por todo el mundo. “Para empezar a hacerla, fui a una verdulería, me traje un cajón de manzana y conseguí un serrucho … Apostaba a la degradación del disco, al paso del tiempo”, completa mientras acerca la maqueta original, a esta altura algo destartalada ya.

Otros de sus logros fue un packaging con forma de corazón, que se abre y parece un trébol de cuatro hojas. Así es el arte del grupo Burbujas y los básicos (disco Hay más que eso) del ex Intoxicados y Viejas Locas, Adrián “Burbujas” Pérez, quien ya le confió a Díaz Ferreira su segundo trabajo.

-La banda te viene con un esquemita o te dice “volá” y que fluya…

-Las bandas independientes tienen un proceso muy profesionalizado, distinto al de antes. Saben por qué vienen a verme. Si quieren una caja convencional, olvídate. El gran mensaje es que la música tenga el espacio que se merece, que ningún formato se coma al otro.

-¿Cuál es tu objetivo?

-Lograr que el artista se sumerja en mi universo. Todas las plataformas son herramientas que ayudan. Mis discos no tienen fecha de vencimiento.

-También deben salir más caros …

-¿Quién te dijo eso?

-Por las texturas, la serigrafía, el diseño más elaborado …

-Es lo que las discográficas le hicieron creer a los artistas … (Hace un silencio) ¿Porqué no podés poner al mismo precio un disco como éste (señala uno suyo) que el de una caja común de plástico?

-No sé… ¿Hay que derribar ese mito?

-(Hace una mueca) Obvio. ¿Vos me creés si te digo que entre esto (el disco de La Chilinga) y una caja de plástico o de cartón tenés una diferencia en el unitario de cinco pesos o de ocho? Vos pensás que la diferencia es el triple. Siempre depende del universo de cada pieza.

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Creatividad piojosa

Jimena arrancó con Azul, de Los Piojos, en 1998. “Al piojito (la mascota) lo fui modificando con el correr de los discos”, recuerda. Luego se lució con el diseño de Civilización (2007) —el último CD piojoso-, un disco envuelto en plástico, con silicona en gel en su interior. Otro de sus hitos para la banda de Andrés Ciro fue la recreación de Obras para la portada de Ritual (1999). “La complicidad banda-público, sentía que tenía que pasar lo mismo en la pieza gráfica”, rememora, abriendo la cajita.

Fuente: http://www.clarin.com/