Un mecánico brasilero, de esos que remienda todo y hace hasta los muebles de su casa, desesperado por la oscuridad de su hogar durante un racionamiento, recordó experiencias anteriores para prender fuego, con una botella de PET llena de agua como lupa. Descubrió que si las ponía en el techo tenia unas bombillas de luz solar que daban el equivalente de 40 a 60 vatios.

La botella de luz

El agua se mezcla con un poco de cloro del que usan todas las amas de casa como blanqueador para lavar la ropa para evitar las algas. Se instalan fácilmente haciendo un hueco en la teja, dejando media botella para dentro y media para afuera. Finalmente se hace un aislamiento sencillo con silicona para evitar goteras cuando llueve.  El resultado es un amplificador solar con la misma eficiencia de la luz artificial, sin costo. Como las ventanas son costosas, las viviendas populares son oscuras. ¡HIT!

Afonso Moser que es el nombre de nuestro héroe que se debería ganar el Nobel de la invención, entusiasmado empezó a montar estos dispositivos en casas de vecinos y hasta en el pequeño mercado de su barrio hasta finalmente tocar las puertas de la alcaldía local para divulgar su idea.

Alfredo Moser

Por la sencillez de su casa y el carro modelo 74 en el que anda, es fácil concluir que su memorable invento no lo dejó rico, pero Moser que ante todo está orgullosísimo de su creación:

“Una persona que conozco, instaló las lámparas en su casa y en un mes economizó el dinero suficiente para comprar las cosas esenciales para su hijo que acababa de nacer. Se imagina? “

Algun admirador del mecánico puso su video en la web y fue cuestión de pocos días para que la estación local de TV le hiciera un reportaje que se viralizó por Brasil y en seguida en la Africa portuguesa, donde la gente empezó a hacer sus propias lámparas. De ahí fue solo un paso para que se enterara Illac Angelo Diaz, director ejecutivo de la Fundación de caridad MyShelter, en las Filipinas.

Techos con lámparas de luz

Esta ONG, se estaba dedicada a la construcción alternativa, con materiales reciclados como bambú, llantas o papel pero también estaba recibiendo una cantidad absurda de botellas y al llenarlas de barro las volvía unas especies de ladrillos para las paredes. En una de sus construcciones estaban haciendo experiencias haciendo ventanas con botellas llenas de agua. En cierto momento, alguien les informó de la creación del brasilero.

Con el método de Moser, MyShelter comenzó a hacer las lamparas de Moser e hizo su propia y explosiva contribución al hacer un manual en video que se puede ver en Youtube, y entrenó a un equipo de 30 personas para hacer e instalar las lámparas de paso generando ingresos para ellos. En Filipinas un cuarto de la población vive bajo la línea de pobreza con menos de un dólar por día y la electricidad es carísima, de modo que la idea pegó y solo la gente de la fundación instaló o ayudó a instalar el artefacto en 140.000 casas.

La lámpara es muy funcional

Las luces embotelladas llegaron entonces a islas, donde no existía ninguna luz eléctrica y a lugares como el Tibet donde a la mezcla se le puso una cucharadita de anticongelante para funcionar en sus heladas condiciones. En dos años (2014) ya habían llegado a 15 países entre ellos  Índia, Bangladesh, Tanzânia, Argentina y Fiji, hasta con versión para producir alimentos en áreas internas en pequeñas huertas hidropónicas donde la luz embotellada  favorece el desarrollo de las plantas. Se estima que hoy cerca de 5.000.000 de personas se están beneficiando con las botellitas luminosas.

Pero hoy algunas casitas de My Shelter también tienen un aire acondicionado tan eficiente como  la luz , igualmente barato y también hecho con reciclaje de botellas PET. La creación en este caso sí fue de un joven diseñador que trabaja en una empresa de ingeniería en Bangladesh. Allá el calor abrasa con 45 grados centígrados.  Al menos el 70% de su población, vive en chozas con techo de aluminio y acero super calientes. Así fue como Ashis Paul que todos los días recorría los campos del país,  inventó un aire acondicionado que prescinde de electricidad. Lo llamó “Eco Cooler” y sólo necesita materiales reciclables.

Aire acondicionado con botellas

Paul ideó un dispositivo casero: un sistema de refrigeración de bricolaje, capaz de disminuir hasta nueve grados centígrados la sensación térmica del hogar. Consiste en herramientas cotidianas, algunas botellas de plástico, un pedazo de cartón y algo para hacer agujeros en él, estos agujeros son del mismo tamaño que los tapones de las botellas, se corta la base de los recipientes y sus tapas con las tijeras. Hecho esto, solo hay que encajar las botellas en los agujeros y colocar el panel tapando la ventana en cuestión.

 El sistema funciona de la misma manera que cuando usted sopla con su boca. Si sopla hacia su mano con la boca bien abierta, el aire saldrá caliente, pero si sopla con los labios fruncidos el aire saldrá fresco – Eco-Coolers hace exactamente lo mismo

como funciona

La compañía para la que trabaja Paul, hizo disponible el proyecto con este manual de instrucciones. Apoyó la construcción de los primeros y le solicitó a su empresa de publicidad promocionar el producto, que también se viralizó, al punto que existen en Youtube entradas en varios idiomas con las instrucciones de montaje realizadas por algunos entusiastas.

Las botellas PET deben tener cerca de 50 años en el mercado. Seguramente alguien en algún lugar del mundo ya había hecho una lámpara de luz o un aire acondicionado con ellas. Pero es solo por el poder que tiene Internet como canal y punto de encuentro de la gente, que se pueden lograr cambios tan poderosos en la vida de las personas sin necesidad de pesadas inversiones.

Fuentes Eco inventos, Inhabitat, Fundacion Shelter,  G1 Globo