En el segundo semestre del 2016 coincidieron en la misma semana dos hechos contrastantes en espacio público: La inauguración de un ostentoso pero poco agraciado parque en Bogotá y la conversión de un espacio utilizado como bahía de estacionamiento en una simpática placita.
parque 82
El primero la culminación de un elefante blanco que costó un infierno de plata y que tuvo agrias polémicas entre administración de la ciudad y los vecinos. El segundo, se instalo un fin de semana con todos ellos felices y entusiasmados.
El grande y ostentoso, trabajo de un renombrado arquitecto con un mega presupuesto , el segundo desde la alcaldía de la ciudad sin un autor en particular, con muy pocos recursos y a partir de una encuesta con la comunidad de vecinos nos lleva a una pregunta: Como hubiera sido la gran obra Parque Bicentenario, si su proceso de diseño hubiera sido inclusivo y participativo?
Alivio más que orgullo debió ser el sentimiento de la gente de la alcaldía de Bogotá al entregar el llamado Parque Bicentenario, después de varios años de obras enmarcadas por litigios con los vecinos, que llegaron a tener la obra parada por varios meses, pesadilla aumentada por problemas derivados de la construcción. La intención era muy buena, hacer una conexión por encima de la calle 26, una de las vías arterias de la ciudad, que había cercenado el centenario Parque de la Independencia, generando una desconexión entre este y su entorno sur, integrándolo con piezas de indudable valor histórico y arquitectónico.
Como la avenida, construida en los años 50s fue excavada para permitir que la calles que llegan al centro de la ciudad pasaran por encima, parecía una gran idea ponerle una cobertura a esta para unir nuevamente las construcciones del costado sur, con el parque Centenario original. El proyecto le fue solicitado al arquitecto Rogelio Salmona quien pensaba hacer unas plataformas sobre la avenida que siguieran orgánicamente las formas del terreno del parque, por la muerte de Salmona, fue terminado por el arquitecto Gian Carlo Mazzanti reconocido por obras estupendas. Por desgracia la idea de tapar la avenida para hacer una integración orgánica entre el parque original y las construcciones al otro lado de la avenida, implicaba excavar algunos metros más, algo que resulto inviable por costos. El resultado fue una inmensa mole encajonada a una altura mayor que la del parque y los primeros pisos de las construcciones aledañas, lleno de escaleras y barandas en zig zag, partidas en varios espacios que pretenden ser plazoletas, con un lindo trabajo de jardinería que no logra esconder los graves problemas.
Plataformas enmarcadas por pasamanos. Donde está el parque?
Las proporciones de la mole también impidieron hacer rampas continuas para facilitar el tránsito de sillas de ruedas o bicicletas. Pero el peor pecado fue hacer la obra confrontando a los vecinos, por cierto una comunidad con varios artistas, diseñadores y arquitectos que seguramente habrían rescatado el proyecto de una debacle que la cobertura verde no pudo rescatar.
Una semana después de esta inauguración, en una rápida acción, una plazoleta usada para estacionamiento en la avenida 9a con calle 80, fue rescatada para el uso de la comunidad, que previamente había contestado una encuesta y participado con varias ideas que fueron implementadas en el lugar.
plaza calle 80
Los proyectos de diseño participativo, tienen como característica principal para su éxito partir de una comunidad, ya sea dentro de una empresa, asociación o cooperativa o comunidad articulada. Todo vecindario tiene muchos espacios que se pueden convertir en lugares. La palabra lugar, a diferencia de espacio, implica un sentido de reconocimiento que la segunda no tiene. Hacer lugares además crea tejido social, de modo que no aprovechar la oportunidad de proyectos como los anteriores para vincular a la comunidad, es un desperdicio.
Vincular a la comunidad que habita el lugar tiene tres ventajas enormes:
1- Ellos usualmente tienen o pueden crear una visión de lo que quiere que tenga su lugar. 2- Si se les involucra en el proceso de diseño y este se ajusta a su visión van quedar muy entusiasmados y generar un sentido de pertinencia. 3- Al empoderarse del lugar van a ayudar en su mantenimiento y velar por su conservación. Usualmente el diseño de los espacios públicos urbanos es tema de un grupo de arquitectos y urbanistas del Instituto de Desarrollo Urbano, eventualmente el diseño se le contrata a un arquitecto eminente como fue el fallido caso que inicia la nota. Existen manuales de intervenciones patrones y normas que deben ser aplicadas, los mobiliarios suelen ser patrones y uniformes y las soluciones similares. Uniformar , si bien implica comunicar que para la ciudad todos sus habitantes son iguales en derechos y sus espacios públicos deben ser de la misma calidad para todos los sectores sociales, no tiene en cuenta la diversidad.
La foto de la placita de la calle 80 que vemos más arriba, fue realizada en una zona mixta con énfasis comercial, quizás por ello, en la encuesta realizada gana la posibilidad de tener lugar para sentarse, tal vez para reposar después del almuerzo con los colegas de oficina. Si la misma encuesta se hace en un barrio con muchos niños y jóvenes los anhelos son diferentes y por ende el diseño también.
como entender los problemas desde la visualización
Un real diseño participativo urbano, debe trascender la encuesta e invitar a la gente a procesos creativos conjuntos, alrededor de una maqueta del lugar y posteriormente en el mismo sitio con elementos que simulen lo que se puede hacer, por ejemplo sillas comunes para determinar el mejor lugar para poner los bancos, balones para ver donde se juega mejor, cintas para colocar en el piso de modo que se simulen las circulaciones, etc.
La ciudad tiene urgencia de tejer redes sociales si estos espacios además de quedar bonitos, se pueden usar para eventos sociales o comerciales de corta duración, como ferias gastronómicas, de diseño independiente o de ventas de garajes de no más de un fin de semana, el resultado transciende el lugar para mejorar la relación comunitaria. Igualmente se puede relacionar a la gente con otras personas de la ciudad, llevando por ejemplo mercados campesinos o eventos de otros lugares. Esto implica espacios mutantes y nuevos modelos inclusivos de emprendimiento y gestión local.
Como en todos los procesos de diseño participativo, el resultado del ejercicio debe ser desarrollado con la facilitación por parte de funcionarios de la administración municipal, arquitectos y diseñadores, que ayudan en el proceso con la comunidad y la acompañan en todo el proceso creativo. Ellos hacen la encuesta previa y un proceso previo de observación en los espacios cercanos, para entender la relación de las personas con su entorno. Si en muchas calles, de poco movimiento, la gente hace juegos de micro-futbol, podemos inferir que es una buena idea tener un espacio dedicado a ello.
Taller de diseño participativo sobre la movilidad en Quito
El proceso puede ser el siguiente: 1-En las reuniones con la comunidad, se proyectan ejemplos de parques y lugares comunales en otros lugares y se plantean, sin imponer, las hipótesis que tiene la administración local sobre el potencial del lugar o espacio público sujeto de la intervención. 2-La gente se manifiesta y los principales conceptos se escriben en papeletas y se colocan en orden de mayor a menor importancia 3-Se divide a la gente en grupos de 5 o 6 personas. A estas se les suministran revistas viejas, fichas , plastilína con tijeras y cola, con la instrucción de hacer una cartelera para que expresen sus conceptos en imágenes. Los arquitectos y diseñadores, participan como facilitadores, sin tratar de imponer sus criterios.
4- Sobre un espacio a escala del lugar que se va a intervenir, se le pide a los grupos que plasmen sus ideas. O y si es posible llevando elementos como sillas, cajas, cartones y tizas si se hace sobre terreno pavimentado, se plantean diversas posibilidades que los diseñadores registran minuciosamente con fotos y videos.
Los diseñadores profesionales toman este material para hacer un diseño que tenga en cuenta los mejores resultados ya validados por la comunidad. En este momento el proceso de diseño es mucho más sencillo y su función es especialmente técnica, aplicar a su proyecto los componentes estéticos y funcionales para hacer realidad los anhelos de esta comunidad, que va a recibir con entusiasmo el resultado.
Infelizmente, los esquemas tradicionales de la administración pública tienen una serie de restricciones y pre-conceptos muy profundos. Los procesos de diseño urbano responden a una planeación centralizada y unas políticas publicas de equidad, en las cuales se supone que todo el mobiliario urbano debe ser patrón para manifestar esta igualdad, que a veces parece más unanimidad. El reto para el diseño público es hacer de la diversidad la norma, desde excelentes especificaciones y diseños de optima calidad, donde la igualdad no esté en el artefacto como en su concepto de calidad y buen diseño.
El diseño participativo puede utilizarse para temas donde la comunidad es experta por ser usuaria, como es el caso de la movilidad, la seguridad y otras dinámicas sociales,
Eso ya sucede en otros lugares. Tal vez sea el momento de probarlo en Latino América.
Información y enlaces relacionados:
Como se hizo una nueva placita con todos los vecinos: ver enlace
Sobre Placemaking y sus principios. ver enlace
El autor tiene un completo blog sobre diseño participativo
diseño participativo, parques, Urbanismo