Un libro extraordinario editado en Brasil, que podemos traducir como “DISEÑO Y DESARROLLO, 40 años después” se ocupa de un tema que deberian conocer todos los diseñadores. La relación directa de nuestra profesión, con la política y las adaptaciones a nuestras particulares condiciones como latinoamericanos.
En los años 80s cuando el diseño industrial era la gran novedad en las universidades colombianas y bastante joven en las brasileras y mexicanas, existía como era propio de la época, poderosos movimientos académicos en pro de posiciones respecto al diseño que deberíamos hacer.
En medio de la natural incertidumbre, con una notoria escases de material teórico sobre la disciplina del diseño industrial en las condiciones que sabíamos diferentes en los países latinoamericanos, sin saber exactamente para donde debíamos ir, nos llegaban textos europeos y nortemericanos muy centrados en el como, pero carentes del significado del porqué.
La discusión era entre el venerado diseño europeo de formas simples con mucha geometría y pocos contrastes donde la forma debía seguir la función, y el “terrible” stiling norteamericano de carros de aletas y productos suntuosos centrados en vender ilusiones al consumidor.
En los inicios de la década aparecieron dos autores que empezaron a explorar el campo del diseño para nuestros países en nuestro idioma: El primero Gui Bonsiepe, un alemán de la escuela de diseño gráfico de ULM que había vivido en Chile haciendo proyectos para la Unidad Popular, en el gobierno de Allende, posteriormente y hasta hoy radicado entre Brasil y Argentina. El nos llamaba ” la periferia”. En sus escritos presentaba al diseño como una estrategia fundamental para el desarrollo de la región desde el fortalecimiento de sus empresas con productos propios y adecuados.
El segundo: un profesor norteamericano, de origen austriaco: Victor Papanek, con un libro llamado “Diseñar para un mundo real”, sostenía que el diseño se estaba convirtiendo en una profesión irresponsable, solo ocupada del vender más, haciendo caer al mundo en una espiral desenfrenada de consumo desenfrenado, sin ocuparse de las personas por centrarse en el negocio. Decia que en el tercer mundo, teníamos innumerables necesidades básicas insatisfechas y el diseñador podía, en las mismas comunidades con materias primas y herramientas básicas, crear productos que ayudaran a mejorar estas condiciones que pudieran ser hechos por ellos mismos . Recuerdo de su libro un radio que funcionaba con estiercol de vaca, realizado con sobras de tarros de aceite, teniendo como antena un gancho de ropa.
Esta polarización entre el “diseño para las necesidades” Papanek y el “diseño para el desarrollo” Bonsiepe, marcaría toda la formación de las generaciones de diseñadores del último cuarto del siglo pasado y curiosamente, hasta hoy, cuando tienen tanta actualidad como la Enciclopedia Británica, siguen influenciando la educación del diseño industrial.
Bonsiepe se equivocó feo al pensar que los diseñadores y el diseño en las empresas irian a sacar a los países del atraso, y las teorías de Papanek en el sentido de atacar el consumo desenfrenado con soluciones asistencialistas desarrolladas por sus alumnos del primer mundo para el tercero prescindiendo de las industrias, eran tan escandalosas como ofensivas para sus colegas, pero esencialmente ignorantes de la recursividad e inteligencia de sus eventuales beneficiarios.
Era curioso que los dos citaban en algunos apartes las soluciones populares como fuente de conceptos que podían ser muy innovadores, pero a su vez eran polos opuestos en cuanto a la filosofía o las políticas del diseño que se deberían aplicar, e ingenuos los dos en cuanto a las estrategias, pero desde sus visiones diferentes consiguieron entonces, hacernos pensar en la vinculación del diseño con la política.
Nuestra región ha sido esencialmente productora de bienes básicos ( commodities) para venderle a los paises más desarrollados, esquema que se viene tratando de cambiar desde final de la a guerra mundial con la creación de la CEPAL ( Comisión Económica para América Latina y el Caribe ) tratando de implementar políticas de sustitución de importaciones para desarrollar industrias propias que superaran la situación señalada. En los años 80s, escenario de la discusión , las importaciones eran fuertemente tasadas e incluso prohibidas en caso de competir con producción local.
Es en esa década, cuando se ve la necesidad de superar el concepto de “desarrollo” como el paso que debían seguir los países del tercer mundo subir en su escalafón económico. Este desarrollo enfocado en la eventual industrialización, que defendía Bonsiepe se demostró absolutamente insuficiente y en ocasiones cuando ocurrió, degradó la calidad de vida de algunas comunidades. En vista de ello la ONU amplió la definición de desarrollo para incluir en ella el bienestar de la gente y no solo la infraestructura económica, adoptando un nuevo termino llamado “desarrollo humano”, que en los años 90s, se volvió a ampliar a “desarrollo sostenible” , dando fuerte énfasis a las cuestiones ambientales en relación con las personas del lugar y su bienestar, relacionado con el uso razonable de sus propios recursos, midiendo nuevos indicadores de bienestar social en un cambio del enfoque de desarrollo para el empleo a un desarrollo para la felicidad.
Este es hoy es el contrapeso a una economía de libre comercio y globalización, impuesta por presión de las grandes corporaciones y tiene diferentes vertientes esencialmente desde lo local en diversos lugares del mundo.
En este escenario, el PIB y el crecimiento económico no es tan importante como la calidad de vida o el indice de felicidad. Curiosamente los más infelices son los países más ricos, pues tener y crecer no es una garantía de tranquilidad y alegría. Hacia el inicio del milenio el economista chileno Manfred Max Neef define la necesidad de un nuevo ” desarrollo a escala humana” bajo cinco postulados básicos que resumen la enorme problemática del sistema económico existente así:
La economía está para servir a las personas y no las personas para servir a la economía.
El desarrollo se refiere a las personas y no a los objetos.
El crecimiento no es lo mismo que el desarrollo y el desarrollo no precisa necesariamente de crecimiento.
Ninguna economía es posible al margen de los servicios que prestan los ecosistemas.
La economía es un sub-sistema de un sistema mayor y finito que es la biosfera y por lo tanto el crecimiento permanente es imposible.
Las tesis de MacNeef, son bastante subversivas ante la lógica del capitalismo salvaje que desde la globalización impone la ley del más fuerte, le da al consumidor la creencia de que está comprando más barato, sin medir los costos reales de trabajo esclavo en la China, por ejemplo y la sostenibilidad ambiental de traer productos que se hacen o se producen, localmente desde el otro lado del mundo, pero como Papanek, puede ser bastante incómodo para el diseño como herramienta de negocio.
El hecho es que son las políticas – y eso es lo que nos muestra ampliamente el libro de Nunes y Patrocinio, mostrando casos no solo en América Latina, sino en los países del oriente europeo, India y China-, las que determinan el tipo de diseño que se haga o la inexistencia del mismo y depende de estas para sobrevivir o adaptarse.
Los autores-recopiladores Patrocinio y Nunes
El libro Design y Desenvolvimento, merece su versión en español. Ya fue premiado dos veces en Brasil y es apadrinado nada menos que por el Centro Design Brasil. Acudo a mis lectores vinculados a universidades , editoriales o instituciones relacionadas en América Latina, interesadas en hacer una “acción política” a estudiar la posibilidad de publicarlo en nuestro idioma, para entender así la relación de nuestra profesión con su entorno y nuestro desarrollo e historia reciente
Livro: Design e Desenvolvimento, 40 anos depois. Ed Blucher 2015
Organizadores: Gabriel Patrocinio y Jose Mauro Nunes
Autores: Victor Margolin, Gui Bonsiepe ( entrevista) Mugendi K M´Ritha ( entrevista) H Alpay Er, Ajanta Sen y Raul Poovaiah, Silvia Xiu y Cai Jun, Gabriel Patrocinio, Jose Mauro Nunez y Isabelle Silveira, Juan Camilo Buitrago y Marcos Braga, Giselle Raulik y Ana Wicher, Robson Gonçalves y Roberto Aragão, UNIDO
Libros: Diseñar para el mundo real . Victor Papenek
Teoría y práctica del diseño industrial. Gui Bonsiepe